La Grande Bellezza


"La Grande Belleza" es bella. Sí, es una película en la que no importa tanto su argumento, sino cómo se narra y cómo se transmiten los sentimientos. Esa música, esas imágenes, esas frases que resuenan en tu cabeza como un eco incluso cuando la película ya ha finalizado...


¿Cómo se puede mostrar fealdad en la belleza y belleza en la fealdad? Pues bien, Sorrentino lo consigue con este filme, mostrándonos la decrépita, patética y miserable "crème de la créme" en la Roma actual. Un desfile de personajes, a cada cual más pintoresco, y que, a pesar de su aparente éxito y la opulencia de sus gestos y palabras, no muestran más que pobreza. La pobreza interior, las flaquezas que intentan ocultar por medio de la exageración y la extravagancia. La intelectualidad que intentan defender con argumentos vacuos llenos de palabras sin sentido.


Seguimos a Gep Gambardella, un escritor que, tras un sólo triunfo, ha dedicado el resto de su vida simplemente a vagar por Roma, de fiesta en fiesta y rodeándose de todos estos personajillos mencionados en el anterior párrafo. Él nos irá mostrando la realidad detrás de este teatro (del que él mismo es consciente de pertenecer), con la decepción que ello conlleva.


Hay muchas escenas para destacar, pero creo que la que mejor representa la película es aquella en la que Gep explota la burbuja de la realidad creada por Stefania con un épico "zas, en toda la boca".

8/10






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